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Fiestas del Judaismo
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¿ESTO TAMBIEN ANULO AL BABADO?

¿Y qué del argumento de que los puntos señalados anterior­mente acerca de los días de fiestaque terminaron con la cruci­fixión.i

de Cristo incluyen también el séptimo día sábado? ¿Acaso noExodo 31:13dice que el sábado iba a observarse "por todas las generaciones deIsrael? Si esto significa solamente hasta la muerte de Cristo, ¿No enseña esto que el sábado también dejó de existir con la muerte de Cristo? " ¡La respuesta es que sí. . . si esto fuera todo lo que se dice acerca de la observancia del sábado!" Pero eso es sólo una parte de lo que se ha dicho. Israel había de guardar el sábado durante el tiempo que habían de guardar los días de fiesta; esto es, por todas sus generaciones. Sin embargo, en tanto que eso es todo lo que se ha dicho del límite de la observancia de los días festivos, note lo que se dice POSTERIORMENTE acerca del tiem­po en que se guardaría el sábado. "Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel: celebrándolo por sus edades por pacto perpetuo" (Exodo 31:16).

La existencia de las generaciones de Israel nacional llegaron a su fin. Pero el pacto perpetuo continua, de manera perpetua, "nunca termina". El sábado se dio para el pueblo de Dios, antes de la existencia y formación de Israel. Se dio desde la creación. El sábado se dió a Israel como el pueblo de Dios de ese tiempo. El sábado se da ahora a todos los que a través de Cristo son hijos de Abraham, al Israel espiritual. El pacto perpetuo continua. Ninguna cosa semejante se dijo acerca de la observancia de los días festivos. Es contradictorio enseñar que los días de fiesta y el séptimo día (sábado) deben considerarse iguales y que se debe considerar a los dos de la misma manera.

LOS DIAS FESTIVOS OBSERVADOS CON OFRENDAS
ENCENDIDAS

En nuestro estudio de la Biblia encontramos que todas las fiestas

especiales y sábados anuales fueron observados con ofren­das

encendidas, ordenadas especialmerte para aquellos días. En el

sistema ceremonial bajo la ley de Moisés había un "sacrificio diario"

que se ofrecía continuamente en la mañana y en la tarde. Note lo

siguiente: "Y esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un

año cada día sin interrupción. Ofrecerás un cordero a la mañana y el

otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde: Esto será holocausto

continuo por vuestras generaciones a la puerta del tabernáculo del

testimonio delante de Jehová, en el cual me con­certaré con vosotros,

para hablaros allí" (Éxodo 29:38,39,42).

Estos sacrificios eran hechos en la mañana y en la tarde cada 1

día del año. Empero en las fiestas anuales, aparte de los sacrificios

regulares, muchos otros sacrificios especiales se hacían como parte de la observancia del día. Todos estos se enlistan junto con las descripciones de las fiestas en Levítico 2.3. Y luego, para resumirlo

todo y .mostrar la especial importancia de los sacrificios, como parte esencial para la observancia de los días festivos, encontramos este versículo: "Estas son las solemnidades de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová, holocausto y presente, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo " (Levítico 23:3 7). Seguramente este verso muestra que los sacrificios y las ofrendas fueron una parte esencial de la obser­vancia de los días de festividad anual.

CONTRASTES ADICIONALES ENTRE LOS DIAS
DE FIESTA Y EL SABADO SEMANAL

Anteriormente señalamos que la anulación de los días de fiesta no anula también el día séptimo sábado. Ahora deseamos señalar otros contrastes entre las enseñanzas concernientes al sába­do semanal y a las de los días de fiestas anuales.

PRIMERO: El séptimo día sábado se dio en la creación; y fue, es, y continuará siendo, un memorial de la creación. Original­mente no tuvo ninguna relación con alguna nación en especial, sino más bien fue y es de igual importancia para toda la gente del mundo. No obstante, los festivos nunca se mencionaron hasta que se le dieron a Israel por medio de Moisés. Recuerde que el séptimo día sábado fue instituido antes que se requiriera el sacrifi­cio de los animales.

SEGUNDO: El séptimo día sábado se ordenó en uno de los Diez Mandamientos, por la misma voz de Dios, directamente al pueblo (Deuteronomío 5:5-14). Pero todos los días festivos fueron dados por Dios a través de Moisés. Aquí encontramos la esencia de la enseñanza de las dos leyes, una ley dada por Dios directamente al pueblo; y la otra, dada por Dios a través de Moisés. Al antiguo Israel se le dijo: Y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que día sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y con­forme a toda la ley que mi siervo Moisés les mando" (II Reyes 21: 8). Los cristianos de hoy son llamados a guardar "los mandamien­tos de Dios y la fe de Jesús" (Revelación 14:12).

TERCERO: El séptimo día sábado estaba entre los manda­mientos que Dios escribió en las tablas de piedra. Pero los días festivos se registraron en el libro de la ley de Moisés.

CUARTO: En el mandato y descripción original de los días de fiesta (con la excepción de la fiesta del pan ázimo, Exodo 12: 15-20), los sacrificios se ordenaron como parte de su observancia.

Los sacrificios no fueron algo que se añadiera más tarde en aque­llos días, sino, repetimos, fueron una parte del mandato original. En cambio, en el mandato original para la observancia del sábado nada se dice acerca de los sacrificios, y en otros versículos en los cuales el sábado se insta especialmente a guardar, nada se dice de ofrendas o sacrificios. Note el cuarto mandamiento en Exodo 20: 8-11 y la amonestación para guardar el sábado en Isaías 58:13,14. Ciertamente cuando el sistema de sacrificios en el tabernáculo y posteriormente en el templo estaba vigente, hubo sacrificios en el séptimo día sábado. Había el sacrificio regular de la mañana y el de la caída de la tarde y había también un sacrificio especial que realizarse ese día (vea Números 28:3-6 y 9,10). Estas ofrendas se hacían solamente en el tabernáculo o en el templo como una parte de la observancia del sábado ahí. Pero el pueblo también llevaba a cabo por completo la observancia del sábado por todos lados en toda la tierra. No tenían que ir al lugar donde el tabernáculo o templo estaban para observar el sábado. Esto nos trae a otro hecho importante acerca de las fiestas o días de festividad.

Los días festivos sólo podían guardarse en el lugar indicado. Las fiestas anuales estaban tan ligadas al sistema de sacrificios que éstas sólo podían guardarse en el lugar indicado del tabernáculo o del templo. Tres veces durante el año todos los hombres tenían que reunirse para tomar parte de la guarda de estas festividades. La primera vez que habían de reunirse era para la Pascua y la fiesta del pan sin levadura. La segunda vez era para el Pentecostés y, la tercera, para la fiesta de los tabernáculos. Esta instrucción se dió poco después de la Ley de Moisés, porque la encontramos en Exodo 23.14-17 y otra vez en Exodo 34:23. Sin embargo, la ins­trucción más completa para la observancia de las fiestas en el lugar indicado se encuentra en Deuteronomio 16. (Recuerde que el libro de Deuteronomio es el resumen de todas las leyes y las instruccio­nes dadas a Israel por Dios a través de Moisés antes de que Israel entrara a la tierra prometida).